La parábola del colibrí

 La parábola del colibrí

El bosque está en llamas y, mientras todos los animales aullan para salvar su vida, un colibrí recoge una y otra vez agua del río para verterla sobre el fuego. “¿Acaso crees que con tu pequeño pico vas a apagar el incendio?”, le pregunta el león.

“Yo se que sólo no puedo”, responde el pajarito, “pero estoy haciendo mi parte".

El Pais nos cuenta que España sufre la crisis más desigual en Europa. Triste noticia que merece la pena ser analizada. El hecho de ser los primeros en este ranking, ¿a qué se debe?.

Está claro que los recortes han sido para algunos "necesarios" para otros escalofriantes. Los "bolsillos menos pudientes" han tenido que pagar lo que ni siquiera han visto. La grandísima parte de ciudadanos y ciudadanas hemos tenido que cargar con una irresponsabilidad bancaria que no nos competía. Desigualdad. Ningún político del Partido Popular, en su responsabilidad de gobierno actual, se ha preocupado por deshacer esta brecha o, por lo menos, evitar que cada día sea más grande. Sólo se han levantado día a día y nos dicen que "todo va bien". Desigualdad.

Unos, los que más tienen, son beneficiados; les bajan los impuestos del arte, es decir, les facilitan la compra de cuadros y obras de arte. A otros, a esos con "los bolsillos menos pudientes", le suben los impuestos del cine, del teatro, la música y la danza.

Santiago Auserón, premio Nacional de Músicas Actuales, declaró a EL PAÍS: “Me alegro por el sector de artes plásticas. Tengo buenos amigos pintores y escultores, algunos de los cuales están pasando dificultades. Quizá hayan considerado que corre más prisa primar el mercado del arte, donde se mueven grandes sumas, donde quizá inviertan sus amistades o ellos mismos. Las artes escénicas son otra cosa, para las clases dirigentes se trata solo de farándula, que solo aprecian cuando van de juerga”. “A la música no la consideran ni arte, ni cultura”, abundó el promotor Carlos Mariño. Desigualdad.

Lo que ha traído consigo una crisis despiadada ha vulnerado a los más débiles. Un sistema económico y político manipulado. La falta de ética y moral que reina en las altas esferas. Los recortes. Las consecuencias de una irresponsabilidad bancaria que nos han obligado a cargar a nuestras espaldas. Esto y más es el fuego que arrasa el bosque en la parábola anterior.

Sentimos el fuego, vemos la manipulación y somos víctimas de corrupción. Es importante reclamar. ¿Se entiende la importancia de protestar?.
Volviendo a la historia del Colibrí, él solo no podrá apagar el incendio ¿pero si fuesen más? ¿si tuviese todo el apoyo posible?. Ningún animal del bosque se quiere quedar sin sus zonas verdes, sin sus olores naturales, sin sus refugios; ninguno de nosotros quiere ver desmoronar, el tan luchado, Estado del bienestar, nadie quiere perder su trabajo, sus derechos ni su familia. No queremos perder una educación pública y gratuita. Tampoco, queremos ver una sociedad desigual y deshumanizada. Nadie quiere tener congelado su salario y ver una subida de impuestos progresiva. No queremos ver nuestros derechos coartados y vulnerados.

La importancia de salir, reclamar y protestar es parte de nuestra responsabilidad social. Nuestro lema lo dice “La Unión hace la fuerza”, sí queremos cambiar, al menos, parte de lo impuesto en contra de nuestra voluntad ¿por qué a algunas personas les cuesta salir?. Es también nuestro compromiso apoyar y poner voz a quienes no la tienen.

Nuestra pregunta es, ¿queremos que este país sea el primero en el ranking de desigualdad?.Es responsabilidad de todos y todas buscar alternativas y ponerlas en marcha. Es necesario tener la actitud del colibrí y cumplir con nuestra parte.